El histórico punte Bernardo Arango sobre el río Cauca identifica a La Virginia y fue sometido a remozamiento. (Foto: http://www.eldiario.com.co/seccion/RISARALDA/el-puente-est-casi-listo1507.html) |
El puente de la historia de La Virginia
Por Rubén Darío Taborda
Franco (*)
Cuando el visitante
llega en bus intermunicipal o
carro a La Virginia lo hace por un
puente con doble calzada al lado noroccidental del pueblo, pero en 1926
se daba inicio al tránsito de las personas por el Puente Bernardo Arango.
Es una obra que en su época tuvo el mismo impacto
social y arquitectónico que el que tuvo el Viaducto entre Pereira y
Dosquebradas cuando se inauguró, el 16 de
noviembre de 1997. El puente
fue diseñado por el ingeniero Gonzalo
Echeverry cuando el anhelo de progreso se cernía sobre el sur occidente de Colombia.
Esta obra arquitectónica cuenta con dos torres de apoyo para los cables que sostienen el puente, mientras que su piso, en los años ochenta, era de madera.
Esta obra arquitectónica cuenta con dos torres de apoyo para los cables que sostienen el puente, mientras que su piso, en los años ochenta, era de madera.
Este puente originalmente fue para uso vehicular en
tiempos que era paso obligado hacia Medellín. Entre tanto, don Roberto
Castañeda, un señor de 75 años y habitante de este municipio, señala que
hace 60 años las personas cruzaban el puente de La Virginia a
la estación de tren, ubicada en Caimalitos, corregimiento de Pereira, en
mulas y vehículos de tracción animal que cargaban con café traído de la
Trilladora Royal, que enviaban a Cali por
vía férrea.
También circulaban por este sitio personas en
triciclos con bultos de plátanos, cebolla y yuca, cultivados en las montañas de
esa zona de Risaralda, así como los productos
traídos de Medellín y del
departamento de Chocó.
Mi primo Mario Taborda, que
vive en el Puerto Dulce de Colombia, como se le conoce a La Virginia, señala que las personas
cuando atraviesan el puente desde el
pueblo hasta Caimalitos llegan a una zona que cuenta con panaderías,
supermercados y otros establecimientos comerciales.
Entre tanto, las personas que arriban a La Virginia,
en tierras ocupadas antes de la Colonia por ansermas y apías, encuentran
quioscos donde se escucha música de carrilera, del Caballero Gaucho, Luís
Alberto Posada y el Charrito Negro. También se escuchan las canciones Árbol sos Testigo, Por qué te Alejas y Dónde Andará,
de Los Cuyos. ´
El visitante puede encontrar también casetas donde
comprar y consumir pescados como el barbudo, el bocachico, el bagre que se consiguen en los ríos Cauca y Risaralda, segundo afluente importante de
la región.
Entre las muchas anécdotas que se cuentan sobre el puente Bernardo Arango, Mario evoca la de un niño de diez años, de nombre
Wilson, que se tiraba del puente al río.
Él manifiesta que “ese verraquito recibía dinero por tirarse al Cauca
desde una de las torres del puente.
Y Mario cuenta la historia de otro niño que intentó
hacer la misma gracia y no salió con vida. Su cuerpo fue encontrado unos kilómetros más adelante, en la vereda Beltrán,
en el
municipio de Marcella.
Hoy en día el Puente Bernardo Arango es
importante para las personas que
viven a ambos lados de esta obra pública. Ir de un lado al otro les toma
cuatro minutos a pie o en bicicleta. Asimismo
les evita esperar un transporte público que sale, en el mejor de los casos,
cada quince minutos, y los obliga a un
paseíto rutinario por el puente que
conecta a Pereira con los pueblos
ubicados en la cordillera occidental de Risaralda.
Eso lo ha entendido el Alcalde del puerto dulce de
Colombia que decidió mandar a ubicar
barras de cemento pequeñas para
evitar la circulación de motocicletas. Y al final de su alcaldía dejará
iluminado el puente, con el cerco metálico de sus bordes pintado de color rojo y las cuerdas
que sostienen el puente de color plateado.
(*)
Periodista independiente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario