Miles de colombianos se dieron cita el 23 de abril de 2012 en Bogotá para empezar a consolidar el proceso político y social de Marcha Patriótica. (Foto: José Julián Mena R.). |
Marcha Patriótica,
una nueva esperanza
Al cumplirse este martes 23 de abril el primer año de creado el
Movimiento Político y Social Marcha Patriótica, reproducimos el artículo
publicado en el periódico alternativo PARÉNTESIS sobre este hecho. En el año
transcurrido, el nuevo colectivo se ha convertido en motor fundamental del
proceso de paz en Colombia, lo cual quedó demostrado con la gigantesca
movilización del martes 9 de abril, cuando más de un millón de voces, que
respondieron al llamado de Marcha, entre otros movimiento, dijeron si a los
diálogos de La Habana, a la solución política del conflicto armado interno y a
la paz con justicia social.
Estamos en presencia de la construcción de una nueva izquierda,
valiente, radical en cuanto a que lucha por transformaciones estructurales, por
un modelo de sociedad diferente al capitalismo, y que se hace desde abajo, en
tanto se apoya en los movimientos sociales irrigados a lo largo del país. Una
izquierda en plena marcha.
Una nueva esperanza surgió el lunes
23 de abril en Colombia. Se llama Marcha Patriótica.
Las imágenes de miles y miles de
hombres y mujeres venidos de abajo, trabajadores del agro, obreros,
desempleados, estudiantes, intelectuales, negros, mulatos, indígenas… copando
las avenidas de Bogotá hasta la plaza de Bolívar en una extraordinaria marcha
por la patria hicieron que la esperanza retornara, ojalá para permanecer.
De nada sirvió la maledicencia de los
de siempre, las élites oligopólicas, contra los de abajo cuando éstos
decidieron marchar sin pedir permiso para propugnar por transformaciones
estructurales, no por meras reformas, como muchos adocenados se acostumbraron a
pedir.
De nada valieron
las intimidaciones que el establecimiento político-militar lanzó contra los
colombianos movilizados desde todos los puntos cardinales del país para decir
“presentes” con sus luchas regionales contra las transnacionales que quieren
acabar con el río Magdalena en El Quimbo o con la pequeña minería o con el agro
a través del TLC…
Los marchantes, líderes sociales de
verdad, voceros curtidos de comunidades de veredas, barriadas, colegios,
universidades, no le hicieron caso al vociferante Ministro del Interior, ni a
los comandantes de las Fuerzas Militares, ni a los directores amenazantes de la
Policía y llenaron las avenidas con banderas blancas, rojas, amarillas, verdes,
azules representativas de una nueva pluralidad en la izquierda colombiana
surgida de las luchas sociales.
Tampoco sucumbieron ante la retahíla
de los medios de las clases dominantes que no cesaban en su afán de buscar los
supuestos nexos de los organizadores de la marcha con la insurgencia, y que con
una ignorancia grosera de nuestra historia reclamaban porque la Marcha contiene
el adjetivo Patriótica, como si ser patriota fuera propiedad privativa de
alguien o, peor aún, constituyera un delito.
Muchos de los que estigmatizaron la
movilización pensando que los marchantes se arredrarían se equivocaron: aunque
el paramilitarismo sigue actuando de la mano de no pocos agentes del Estado, la
sociedad hoy está atenta para evitar, en la calle, que ocurra lo mismo que
sucedió hace 28 años contra la Unión Patriota, barriada a punta de masacres, en
un holocausto infame protagonizado por la extrema derecha colombiana que
siempre se opondrá a los cambios de fondo que necesita el país.
Sacar el país de la guerra
Los marchantes tenían claro que lo
primero que debemos hacer los colombianos es sacar a la patria de la guerra,
acabar el conflicto y que ello sólo se logra con una negociación política
acompañada de cambios estructurales, no de remiendos ni prebendas.
“Marcha Patriótica manifiesta su
compromiso ético y político con la búsqueda de una solución política al
conflicto social y armado”, recalca la Declaración Política aprobada el domingo
22 de abril.
Muchos de quienes marcharon provienen
de las zonas de conflicto donde padecen la guerra y por eso quieren que ésta
cese, como punto de partida para la construcción de una sociedad nueva, pues
creen que otro mundo es posible.
“En Marcha Patriótica manifestamos la
decisión política de luchar por un nuevo modelo económico, de Estado y de
sociedad, que posibilite la transformación estructural del modo de vida y de
producción”, sostiene la Declaración Política.
Los que llenaron la Plaza de Bolívar
y estuvieron hasta entrada la noche, desde el mediodía del lunes, entienden que
el parlamentarismo no es el fin de las luchas de la izquierda, que esta
filosofía es, en su esencia, transformadora y se realiza en la cotidianidad, en
las luchas diarias, bajo el cielo abierto de la inmensidad del país, no en los
recintos cerrados de los hacedores de las leyes.
“Todo ello, en dirección a la
construcción de un proyecto alternativo que supere la prevaleciente
organización capitalista de la sociedad”, agrega la Declaración Política.
Saben que solo las luchas pacíficas,
pero portentosas, podrán logar en el futuro leyes justas que institucionalicen
un nuevo poder, el poder popular al que tanto le temen los de arriba.
Por eso se proponen “impulsar
procesos constituyentes regionales y locales por la solución política y la paz
con justicia social, tendientes hacia la realización de una Asamblea Nacional”.
En fin, el movimiento político y
social nacido ayer no teme inscribirse en la nueva dinámica continental, no le
teme a hacer parte de las transformaciones que muchos no quieren ver en los
pueblos vecinos, por ceguera política o por decisión de clase excluyente.
Marcha Patriótica no duda que Colombia
debe entrar en la senda de “un nuevo orden internacional basado en los
principios de la soberanía, la no intervención, la autodeterminación y el
internacionalismo de los pueblos, y contribuir a la integración de Nuestra
América”.
En suma, se propone la lucha por la
Segunda independencia, económica, política, social y cultural, de la patria.
Estamos en presencia de la
construcción de una nueva izquierda, valiente y radical en cuanto a que lucha
por transformaciones estructurales, por un modelo de sociedad diferente al
capitalismo, y que se hace desde abajo, en tanto se apoya en los movimientos
sociales irrigados a lo largo del país.
Es una izquierda social y política en
plena marcha. Por todo eso caminaron ayer miles y miles de colombianos. Y
abrieron una senda de esperanza.
(*) Artículo publicado en el periódico PARÉNTESIS el lunes 23 de abril
de 2012.
Imágenes de lo que fue ese 23 de abril de 2012 en la que miles de colombianos se dieron cita en Bogotá para empezar la construcción de la nueva Colombia en paz con justicia social. (Fotos: José Julián Mena R.).
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