Las primeras casas del histórico barrio Obrero de Cali. (Foto: Fondo Archivo del Patrimonio Fotográfico y Fílmico del Valle del Cauca). |
1919, CUANDO EL CONCEJO ‘EDIFICÓ’ EL BARRIO OBRERO DE CALI
Por Andrés Felipe Carmona (*)
Por la vida de muchas
generaciones de caleños han pasado nombres de barrios de la ciudad que por su
tradición son referente universal, como Junín, Bretaña, San Nicolás, La Base,
Alameda y el Obrero. Si no, pregúnteselo
a cualquier taxista, conductor de buses, peatón, mecánico o trabajador de la
construcción.
El barrio Obrero, ubicado
en el centro de la ciudad, a un costado de la Calle 25 o Avenida Miguel López
Muñoz, nació con el Acuerdo No. 31 del 20 de junio de 1919, aprobado en
sesiones del Concejo de Cali. Pero, ¿cómo debía construirse?, ¿quiénes podían
aspirar a un terreno en el sector? y ¿cómo debían ser las calles y fachadas?
Para esa época, Cali tenía
una población de 47.396 personas, de un
total de 289.084 que tenía el Valle del Cauca para entonces, según datos del
Banco de la República del año 2007.
El Obrero, comprendido
entre las calles 25 y 21 con carreras 10 y 15, desde su fundación debía tener las
vías terminadas para poder acceder fácil a su iglesia, escuelas e inspección de
Policía, entre otros inmuebles.
El barrio empezó a
construirse con terrenos ejidos, es decir, tierras que eran propiedad del
Municipio o del Departamento y que eran adjudicadas a ciudadanos para
ocuparlas.
El documento obligaba
a demarcar estas porciones de tierra en el plano que levantara la Oficina de Planeación,
incluyendo los nombres de las personas que los ocupaban, lo mismo para los
predios privados.
El Cabildo fue
obligado a llevar el agua potable a los vecinos: “el Concejo llevará agua
potable al barrio Obrero, construirá los callejones de las avenidas, carreras y
calles del barrio; lo mismo que las alcantarillas y desagües”.
El artículo 7 del
Acuerdo No. 31 facultó al Concejo para retirar a todos aquellos arrendatarios
del Municipio que tuvieran predios dentro de los linderos dispuestos para la
construcción del barrio Obrero, declarando caducados los contratos de manera
unilateral para seguir con la fase de expansión del sector.
A través de
publicaciones, según dejó estipulado el texto, la Alcaldía ofertaba la
adjudicación de lotes de terrenos ejidos a las personas que desearan vivir en
este sector, pero bajo los siguientes requisitos, que transcribimos de manera
textual:
1. Ser padre o madre
de familia, natural de Cali, o casado con hijo o hija de Cali.
2. Poseer un oficio o
profesión honrada.
3. Observar buena
conducta y
4. Obligarse a
sembrar dentro del término fijado en este Acuerdo árboles frutales como
naranjos y los demás cuyos frutos puedan beneficiarse inmediatamente después de
percibidos, sin necesidad de someterlos a ninguna elaboración especial.
De no hacerlo en seis
meses, se le duplicaba el canon de arrendamiento. Si dejaba pasar más de un
año, le quitaban el lote.
¿Difícil de cumplir?
Los niños tenían prioridad. Los concejales, según el mismo documento,
establecieron un parágrafo que abría la posibilidad para la asignación de lotes
ejidos a “niños caleños que tengan madres que garanticen conducta
irreprochable, y que no tengan dónde vivir, mediante declaración de vecinos
honorables”.
Otra de las
determinaciones era que cada manzana de terrenos ejidos fuera divida en 20
lotes de la siguiente manera: 16 lotes de diez metros de frente por treinta de
fondo. Los otros cuatro lotes eran de diez metros de frente y cuatro de
fondo.
En el artículo 26 del Acuerdo,
se estableció que los andenes del barrio Obrero debían tener dos metros de
ancho y entre los vecinos, sean propietarios o adjudicatarios, se tenían que
poner de acuerdo para pavimentar su pedazo hasta completar el andén.
El Acuerdo, cuya copia
original reposa en libro empastado de la Gaceta Municipal de junio 30 de 1919
del Archivo Histórico de Cali, contiene en total 32 artículos para la fundación
del barrio, los cuales usted podrá descargar en este enlace:
(*)
Periodista caleño.
Cali, jueves 4 de marzo
de 2016.
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