El
periodismo no es cuarto poder, es el contrapoder
Por
José Marulanda (*)
De lunes a domingo las pantallas de los canales
regionales y locales emiten noticieros a lo largo de la franja de programación.
Allí el ciudadano se entera del diario acontecer en Cali y el Valle del Cauca,
así como de sucesos de interés nacional, sin dejar de lado, claro está, los deportes
y la sección cultural.
A este hecho se suman las redes sociales. Todos los
noticieros y periodistas que trabajan allí anuncian permanentemente el daño de
un hidrante, un accidente de tránsito y la captura de unos presuntos
delincuentes. Lo informan al instante, casi a minutos de haber sucedido,
creyendo así que se está cumpliendo con el rol que, según los maestros del
periodismo, deben cumplir: denunciar lo que no está bien en una sociedad
Una colectividad bien informada necesita no solo
enterarse de los hechos apenas ocurran, necesita que se le develen los asuntos
que no se pueden ver a simple vista, que afectan su vida y lesionan sus derechos.
¿En dónde están las investigaciones periodísticas
acerca de los responsables de las irregularidades en la ampliación de la
cobertura educativa en Cali denunciada por la ministra Gina Parody?, ¿se han
hecho reportajes profundos acerca de los daños en la salud de los habitantes
que colindan con los cultivos de caña quemados por los ingenios azucareros?, para
solo mencionar algunos ejemplos de situaciones que transcurren en la capital
del Valle y la región.
Es urgente que se desempolven los libros de los
maestros del periodismo investigativo para que estudiemos como develar lo que
no se puede decir en una nota de dos minutos en cualquier noticiero de
televisión. Se debe rescatar el trabajo de campo paciente, minucioso y de largo
aliento.
El inmediatismo informativo desde cualquier orilla
produce una sociedad mal informada, y unos ciudadanos que no estén bien
enterados de todos los elementos de juicio en el funcionamiento del poder
local, regional y nacional nunca podrán tomar buenas decisiones.
Que los caleños elijan tan malos gobernantes, en mi
opinión, es porque no cuentan con una prensa que destape a los responsables de
la corrupción administrativa, de la quiebra de las empresas públicas y de los
daños al medio ambiente que se realizan a diario en el departamento.
Es por eso que los funcionarios y directivos de
empresas privadas se enfadan cuando se les cuestiona por sus actuaciones; es
por eso que una rueda de prensa del alcalde o el gobernador de turno se parece
más a una reunión de viejos compadres, que a una rendición de cuentas de unas
personas elegidas por los ciudadanos y pagadas con los impuestos de los
ciudadanos.
Cali,
domingo 7 de febrero de 2016.
(*)
Periodista vallecaucano.
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