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miércoles, 15 de julio de 2015

EDICIÓN No. 76. Informe. Foro en la U. Libre de Cali propone Comisión Regional de la Verdad

Aspecto general del "Desayuno urgente por la paz", cumplido el miércoles 15 de julio de 2015 en el Auditorio Gerardo Molina de la Universidad Libre Seccional Cali, en el que más de 50 voceros de diversas universidades e instituciones públicas y sociales reflexionaron sobre propuestas para apoyar el proceso de paz y los diálogos de La Habana. (Foto: Luis Alfonso Mena S.).
Se abre paso Coordinadora Académica por el Fin de la Guerra

Por Luis Alfonso Mena S.
La conformación de una coordinadora integrada por voceros de universidades, sindicatos, iglesias, comunidades indígenas y organizaciones sociales con el fin de contribuir en la búsqueda de salidas a la crisis del proceso de paz y apoyar pedagógicamente los diálogos de La Habana fue propuesta este miércoles 15 de julio, en desarrollo del encuentro de reflexión sobre la guerra y la posguerra, realizado a instancias de la Universidad Libre Seccional Cali.

El foro contó con la participación de representantes de las universidades Libre, del Valle, San Buenaventura, Santiago de Cali, Bautista y Misak (de la comunidad guambiana), al igual que dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores, de la Confederación General del Trabajo, la Gobernación del Valle del Cauca, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, activistas de la comunidad de Llano Verde de Cali y de otros sectores, investigadores sociales y periodistas.

Al clausurar el que se denominó “Desayuno urgente por la paz”, el rector de la Universidad Libre de Cali, Libardo Orejuela Díaz, sostuvo que “si la Mesa de La Habana fracasa, lo que se viene es el desplazamiento de la guerra a las ciudades”, y resumió las iniciativas que a lo largo de cuatro horas formularon los más de cincuenta participantes en el foro.

Entre esas propuestas, surgió la que se llamará Coordinadora Académica por el Fin de la Guerra, con una amplia participación de universidades y una pluralidad de entidades ciudadanas y públicas, con el propósito de promover la pedagogía de la paz y defender el proceso de diálogo, al tiempo que buscar interlocución con la Mesa de La Habana.

Asimismo, se planteó la necesidad de regionalizar el proceso de paz, al considerar que la zona sur occidental del país es en la que más ha recrudecido la confrontación, hasta el punto de que Cali es hoy en día, según la evaluación de varios de los participantes, la capital de la guerra en Colombia.

“Cali es la gran urbe que recibe a los desplazados y las pandillas generadas se han repartido los barrios de la ciudad, y sin embargo la Comisión de la Verdad Histórica y del Conflicto se cocinó con chocolate bogotano”, dijo Orejuela Díaz, al aludir a la urgencia de descentralizar el proceso de paz y proponer la conformación de una Comisión Regional de la Verdad, pues en Chocó, el Valle, Cauca, Nariño y Putumayo es donde más se padece la guerra.

Pedagogía de paz, a las calles, al pueblo
También se planteó la conformación de un Observatorio de Construcción Ciudadana, que haga seguimiento a un eventual cese bilateral del fuego y al desescalamiento del conflicto, y se convierta en un referente de investigación del conflicto, en el que las diversas universidades pueden aportar para la reflexión de los asuntos neurálgicos de la paz.

De igual forma, se propuso realizar pronunciamientos periódicos por la paz, con una publicación quincenal, cuyo nombre podría ser La Calle, en reconocimiento a que los diálogos y el esclarecimiento de los acuerdos de La Habana deben ser llevados a los barrios, a las comunas, en suma al pueblo, que a diario es bombardeado por los medios de comunicación de élite, muchos de ellos adversos a los diálogos.

Un cuadernillo que aborde temas tales como la historia de la paz y la vida, con un lenguaje nuevo, sin intransigencias, que invite al dialogo, fue otra iniciativa expuesta en el foro. “Hay que bajar el tono del lenguaje, no insultar al otro, romper con esa cultura dicotómica de los españoles de la que somos hijos”, explicitó el rector Orejuela Díaz al formulas las conclusiones del encuentro.

Otro punto importante expuesto por varios de los participantes fue el de convocar a los candidatos a la Alcaldía de Cali y a la Gobernación del Valle a un foro en la Universidad Libre con el fin de que expongan su posición frente a los diálogos de La Habana y temas claves como el cese el fuego bilateral, la justicia transicional, los mecanismos de refrendación de los acuerdos en La Habana, la constituyente y el paramilitarismo.

La realización de una cumbre sobre el fenómeno del narcotráfico, su incidencia en el conflicto colombiano y la manera como penetró todas las esferas del Estado y la sociedad colombianos, hizo parte del cúmulo de iniciativas hechas en esta reunión.

Mesa de paz para Llano Verde
Especial atención mereció el planteamiento hecho por Óscar Enríquez, activista social de Llano Verde, quien reveló que de los 25.000 habitantes de este sector y de otros aledaños en el Distrito de Aguablanca, 18.000 son desplazados y sufren los rigores de la guerra, estado de indigencia y vulnerabilidad. “Una de las formas de construir paz es reconstruyendo el tejido social, queremos hacer no solo el reclamo, sino también hacer ciudadanía en Puerta del Sol, Barrio Taller, Potrero Grande, Altos de Santa Elena”, dijo al plantear la urgencia de que el proceso de paz también se viva en las comunidades pobres.

Odilmer Gutiérrez, de la Gobernación del Valle, respaldó los planteamientos del líder social, y agregó que la situación en Llano Verde es tan delicada, que en ocho meses se han registrado 25 homicidios, y propuso que allí se instale también una Mesa de Paz.

Por su parte, Jesús González, del Observatorio Social de la Arquidiócesis de Cali, sostuvo que hay una crisis social por la persecución a los líderes sociales, y puntualizó: “Hay aquí un gran potencial de pedagogía que debe ir a la calle”.

Fabio Cardozo, asesor de Paz de la Gobernación, propuso la articulación de una “verificación civil y ciudadana del proceso de paz” y “vincular el factor de paz a la arena política”, así como “un cese de hostilidades en el Valle del Cauca”.

Jaime Galarza, ex rector de la Universidad del Valle, planteó que se elabore un “contradocumento” de la Comisión Histórica del Conflicto, al tiempo que Wilson Reyes, investigador social, subrayó que se deben abrir los archivos del paramilitarismo en el Valle del Cauca, donde éste fue “una fuerzas invasora y contra insurgente, y la prueba es que los coroneles que comandaron los batallones con nexos con los ‘paras’ están detenidos”.

Darío Villarmizar, uno de los investigadores sociales invitados al foro (autor de la Biografía de Jaime Bateman), puso de relieve la importancia de que las partes en La Habana “desarrollen un plan creíble de territorialización, con una gran campaña sobre lo que se discute”.

Wilson Saénz, presidente de la CUT en el Valle, anunció la realización el 11 de septiembre de una asamblea preparatoria de la movilización nacional en defensa del proceso de paz, que se cumplirá entre el 19 y el 20 de noviembre, a instancias de la Unión Sindical Obrera, USO, y Germán Gálvez hizo un llamado a participar en el Frente Amplio por la Paz, que viene cumpliendo tareas importantes en respaldo de los diálogos en el Valle.

Como dijo en el encuentro el catedrático Alberto Ramos en relación con los diálogos, “es necesario rehacer lo que la derecha había destruido", y como reclamó el periodista Jairo Aristizábal, “tenemos que contribuir a que el proceso de paz salga adelante”.

El foro fue clausurado por Rodrigo Tombé, de la Misak Universidad, quien señaló que el Estado insiste en aplicar sus políticas a "las minorías mayoritarias", enfatizó en que "mientras sigamos con odios será muy difícil encontrar la paz" y puntualizó: "En Guambía hay 3.130 fogones donde se hace pedagogía por la paz".

Una comisión redactora de las diferentes propuestas hechas por las personas que intervinieron fue creada al final de la jornada, que resultó exitosa por la amplia participación de voceros sociales y por la numerosa formulación de ideas.

Cali, miércoles 15 de julio de 2015.

El rector de la Universidad Libre de Cali, cuando presentaba las conclusiones del encuentro académico. (Foto: Henry Hurtado).

Orlando Enríquez, líder cívico del Distrito de Aguablanca en Cali, explicando la crisis social de su comunidad.  Con él, los dirigentes de la CUT-Valle Julián Mauricio Lozano y Wilson Sáenz (izq.) y  el periodista Jairo Aristizábal Ossa (der.). (Foto: Henry Hurtado).

El catedrático Daniel Libreros, de la Universidad Nacional, lee el cuarto número de la revista Cuadernos de Paz, dedicado a las Memorias de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz, cumplida en noviembre de 2014 en Cali. (Foto: Henry Hurtado).

Alberto Ramos, docente de la Universidad Libre, hizo un análisis de la coyuntura del proceso de paz. "Es necesario rehacer lo que derecha había destruido", dijo. (Foto: Henry Hurtado).


El taita Rodrigo Tombé, de la comunidad guabiana, clausuró el foro y dijo: "Mientras sigamos con odios será muy difícil encontrar la paz". (Foto: Hugo Giraldo/El Tiempo).

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