Un Guardia Nacional es atacado con bombas incendiarias por un extremista en el municipio de Chacao al éste de Caracas. (Foto: AFP). |
La
oposición oligárquica en Venezuela se divide y las “guarimbas” se desinflan
Los sucesos de Venezuela han dado lugar para una
antología de violaciones de la ética y de la veracidad informativas por parte
de los medios, que en efecto allí son mayoritariamente privados y
mayoritariamente opositores, como los anunciantes que los mantienen. Los medios
también disimulan u omiten que los procedimientos de los terroristas comprenden
el asesinato selectivo con armas con mirilla láser, la destrucción sistemática
de más de un centenar de unidades del transporte público y de estaciones del
Metro, la quema de centrales eléctricas y de 15 universidades y de un
preescolar con casi un centenar de niños adentro.
Por Aporrea/La Iguanatv
El
reconocido periodista y escritor venezolano Luis Britto García accede a esta
entrevista luego de escribir un reciente artículo sobre los medios de
comunicación privados y su tergiversación sobre los hechos que suceden en el
país caribeño, a dos meses de iniciadas las protestas –que Britto caracteriza
como “minoritarias”- contra el gobierno de Nicolás Maduro. Durante la charla,
observa una creciente división dentro de la propia oposición venezolana y
analiza la obra de Gene Sharp –politólogo estadounidense- en relación a su
teoría sobre los “golpes suaves”.
- A dos meses de iniciados los hechos de
desestabilización en Venezuela, ¿Cuál es su evaluación del momento actual que
vive el país? ¿Cómo cree que han influido las convocatorias al diálogo que
impulsó tanto Maduro como los cancilleres de Unasur, quienes se encuentran en
Caracas por segunda vez en las últimas tres semanas?
- La ola de
violencias se ha desinflado. Es oportuno aclarar, para el público
internacional, que en la mayoría de los casos no se trató de manifestaciones,
sino de cortes viales que sólo ocurrieron en unos pocos municipios con alcaldes
y policías opositoras, que protegían a los violentos en su operación de
secuestrar a los vecinos. Dirigiendo o apoyando estas operaciones se ha
detenido a narcotraficantes buscados por Interpol y a paramilitares. Venezuela
tiene 335 municipios; los atentados ocurrieron al principio sólo en 19, luego
se redujeron a 3, y hoy en día hay a veces cortes viales esporádicos, siempre
protegidos por las policías opositoras locales.
- ¿Cuál cree que es el papel que los
medios masivos privados venezolanos, aún mayoritarios, tienen en este momento
de inestabilidad política que vive el país? ¿Qué papel cree que cumplen,
asimismo, los medios masivos internacionales en la construcción de una imagen
distorsionada de Venezuela?
- Los sucesos
de Venezuela han dado lugar para una antología de violaciones de la ética y de
la veracidad informativas por parte de los medios, que en efecto en nuestro
país son mayoritariamente privados y mayoritariamente opositores, como los
anunciantes que los mantienen. Los medios
nacionales e internacionales han hecho circular imágenes de represión ocurridas
en Egipto, Grecia, Libia, Siria, España y otros países, afirmando falsamente
que ocurrían en nuestro país. Han falsificado movilizaciones de un sector muy
minoritario dentro de la misma oposición, presentándolas como representación de
“los estudiantes”, de “la juventud” o “del país”. Creo
indispensable insistir en que en Venezuela la juventud representa más del 60%
de la población; que uno de cada tres venezolanos estudia, uno de cada diez en
instituciones de educación superior, casi todas gratuitas. Si un sector de tal
magnitud estuviera contra el bolivarianismo, éste jamás hubiera ganado
elecciones, ni se podría mantener en el poder.
Los medios
también han representado las protestas como “pacíficas”, cuando en ellas más de
la mitad de los heridos corresponden a la fuerza pública. Los medios privados
también disimulan u omiten que los procedimientos de los terroristas comprenden
el asesinato selectivo con armas con mirilla láser, la destrucción sistemática
de más de un centenar de unidades del transporte público y de estaciones del
Metro, la quema de centrales eléctricas y de 15 universidades y de un
preescolar con casi un centenar de niños adentro, los cuales por cierto fueron
rescatados de milagro.
- Se han construido varias suposiciones de
“sentido común” sobre la realidad venezolana, a partir de la visión simplista
de algunos multimedios comunicacionales: que estaríamos frente a un gobierno
“tiránico” –a pesar de que el oficialismo haya ganado 18 de 19 elecciones-, que
supuestamente este gobierno censura a los medios –a pesar de tener a gran parte
de los medios masivos privados en su contra-, etc. ¿Qué observaciones tiene
usted para hacer sobre estos temas?
- Los
medios acompañan sus tergiversaciones con afirmaciones de que el gobierno sería
una “dictadura”, que ninguna dictadura permitiría divulgar, y de protestas
contra “la censura”, que ningún censor dejaría pasar. Sobre la legitimidad del
gobierno venezolano hay que repetir hechos muy conocidos: el ex presidente
estadounidense Jimmy Carter declaró que el nuestro era el sistema electoral más
perfecto o uno de los más perfectos del mundo.
A cada
elección asisten centenares de observadores internacionales, que jamás han
encontrado un defecto significativo. Como cosa de rutina, concluida la elección
se hace una revisión sobre la mitad de los centros de votación, y a pedido de
la oposición se han realizado revisiones totales, sin mostrar nunca errores ni
fraudes. Pero para la oposición sólo son legítimas las elecciones que ellos
ganan, y según ellos el perder elecciones les da derecho a gobernar.
- A raíz de los hechos en Venezuela, se ha
vuelto a escribir y a estudiar sobre la obra de Gene Sharp, sobre todo en
relación a su “manual” de cinco pasos para generar un “golpe suave”. ¿Cree que
hay relación entre la obra de Sharp y los hechos que se están dando en su país?
¿Opina que la modalidad de “golpe suave” se ha extendido en nuestro continente
luego de lo sucedido en Honduras (2009) y Paraguay (2012)?
- Pues sí,
se han cumplido paso por paso las recomendaciones de Gene Sharp, hasta un
extremo cómico: la copia de signos y emblemas de las “revoluciones de colores”,
las consignas en inglés, la escenificación de disturbios focalizados que los medios
presentan como conmoción nacional. En forma más trágica, ha habido casos de
manifestantes asesinados con tiros por la espalda desde sus propias filas, para
presentar víctimas. También hay ciudadanos asesinados por el simple hecho de
tratar de remover unos obstáculos, y motociclistas degollados con trampas de
alambre.
Habría que
dejar de llamar “golpe suave” a estas inmolaciones premeditadas de ciudadanos
para crear el pretexto de un genocidio en la forma de golpe militar o
intervención extranjera. Por cierto que ninguna de estas dos metas finales del
método de Sharp se han materializado hasta el presente en Venezuela. La
oposición hizo de nuevo cálculos equivocados sobre la lealtad del ejército y
sobre las disposiciones de potencias extranjeras de colocarla en el poder por
la intervención militar.
- La oposición conservadora venezolana
parece estar dividida entre dos tendencias: una que quiere seguir en las calles
a toda costa, buscando “la salida”, y que se reconoce en las figuras de López y
Machado; y otra que, sin perder de vista una crítica fuerte al gobierno de
Maduro, intenta deslindarse de los hechos de violencia en las calles, más
ligada al “caprilismo”. ¿Por qué cree que esto es así? ¿Cuál es su evaluación
sobre una “división” en la oposición conservadora venezolana?
-Los
sucesos violentos evidenciaron más que nunca una división de la oposición
venezolana, cuya sustancia es una riña de celos por el liderazgo entre Capriles
y López. En el acto en el cual éste se entregó, todas las camisetas eran
blancas, color del minoritario partido Voluntad Popular, que ni siquiera
presentó candidato propio para las primarias de la oposición. En ese acto no
había ni una camiseta amarilla de Primero Justicia, de Capriles. Por su parte
Capriles, al ser derrotado en las elecciones presidenciales de 2013 llamó a sus
partidarios a salir a la calle, a “drenar su arrechera”: en las horas
inmediatas asesinaron a una docena de bolivarianos, lesionaron a unos ochenta,
y destruyeron centros médicos y emisoras comunitarias. Todo con premeditación,
alevosía y ventaja: no hubo ni un herido entre las escuadras terroristas.
Tras esta
hazaña, a principio de año, Capriles contradijo a López diciendo que con el
calentamiento de calle no se llegaba al poder, y luego ha mantenido una actitud
ambigua. Es un hecho: las guarimbas se desinflaron; sólo muy de cuando en
cuando recurre un episodio violento aislado, siempre bajo la protección de
policías y autoridades locales opositoras. A veces esto llega a lo cómico. Hace
unos días hubo un corte de vía en el sector donde vivo: las autoridades
instalaron sanitarios portátiles para comodidad de los encapuchados
protestatarios. Lo cual desmiente que los vecinos los apoyen o fraternicen con
ellos.
Una
encuesta de Hinterlaces reveló que 87% de los consultados rechaza los cortes
viales o “guarimbas”; prácticamente toda la oposición ha acudido a la Mesa de
Diálogo por la Paz que convocó Maduro. Entre ellos, empresarios del gremio
patronal Fedecámaras, que quieren aprovechar el río revuelto para imponer su
programa. Otros opositores han tildado de vendidos a quienes concurrieron al
diálogo. La oposición está declaradamente dividida, pero yo creo que en
relación a la táctica coyuntural y a los nombres de los líderes: en uno u otro
momento, todos ellos recurren sin escrúpulos al golpismo, el terrorismo y la
violencia. En el presente caso, además, hubo pronunciamientos secesionistas en
los estados fronterizos, y una evidente participación de narcotraficantes y
paramilitares en las acciones violentas. Ello reabre una inquietante
perspectiva para la política venezolana.
(Aporrea)
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