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domingo, 25 de mayo de 2014

Opinión. Colombia entre la derecha y la extrema derecha

La abstención en la jornada electoral del 25 de mayo fue inmensa alcanzando casi el 60%. (Foto tomada de laiguana.tv).

Colombia: país sin memoria y godo

Por Santiago Mena Cárdenas

Concluida la primera vuelta presidencial, el panorama político del país no podría ser más desalentador: la segunda vuelta se disputará entre Juan Manuel Santos, candidato de la oligarquía nacional de derecha, y Oscar Iván Zuluaga (Álvaro Uribe), candidato de la extrema derecha guerrerista.

Con una abstención del 59,97%, apenas 13.216.402 sufragantes de un potencial de 32.975.158, se hace una reconfirmación de la derechización del país, tal como se vio en las elecciones parlamentarias de marzo, en las que la mayoría de las bancadas se repartieron entre el Centro Democrático y los partidos de la Unidad Nacional.


El partido del senador electo Álvaro Uribe ganó a comparación de las elecciones del 9 de marzo 1.712.537 votos de más, mientras que el candidato presidente y su coalición de partidos perdió 1.681.246 votos, demostrando que la guerra sucia que caracterizó las últimas semanas de la campaña presidencial perjudicó más a Santos.

Martha Lucía Ramírez, con 1.995.698 votos, y Enrique Peñalosa, con 1.065.142, entrarán a repartirse entre los dos aspirantes a segunda vuelta. Muy seguramente el conservatismo irá a apoyar el guerrerismo urbista de Zuluaga, y la Alianza Verde, dividida desde su nacimiento, divagará sobre qué hacer, pues dentro de esa colectividad hay muchas posturas hacia los diálogos de paz.

La candidatura de Clara López y Aída Avella por el Polo Democrático y la Unión Patriótica obtuvo una excelente votación, 1.958.414 sufragios, a comparación de lo que fue la votación parlamentaria, ganando 1.415.403 votos producto de las ideas y propuestas que las dos candidatas en esta campaña presentaron. Pero que ante la polarización entre las derechas no pudo sobresalir aún más de lo que debía ser.

A raíz de ello, la segunda vuelta presidencial prevista para el 15 de junio se debatirá principalmente entre la posibilidad de la terminación del conflicto armado con las Farc-EP o la continuación de las confrontaciones armadas que durante más de 50 años ha desangrado al país y que con las conversaciones de La Habana vislumbra un camino de finalización de ello.

Más allá de la paz, entre las candidaturas de las derechas no hay una diferencia sobre el modelo de Estado, las dos obedecen a los intereses privatizadores y de las grandes transnacionales, modelos que pretenden regalar el país a los Tratados de Libre Comercio que han generado una gran crisis en el agro colombiano, profundizadoras ambas de la guerra social contra el pueblo colombiano con reformas nefastas de corte neoliberal a la salud y a la educación superior.

Oscar Iván Zuluaga, candidato de Álvaro Uribe, afín al cinismo que caracteriza al uribismo, promete “un cambio” del país cuando en realidad durante el gobierno Santos no ha habido diferencia de lo que durante ocho años representó el gobierno de los falsos positivos, de las reformas lesivas a la clase trabajadora, de las chuzadas impunes.

Así pues, independiente de quien gane el 15 de junio próximo, la tarea de la izquierda y de los movimientos sociales y obreros es forjar una gran unidad con miras a transformar realmente a Colombia, a rescatarla de las manos depredaras del imperialismo transnacional, de los TLC, eso sí, si se logran dejar de lado los sectarismos y los egos que han caracterizado históricamente a las izquierdas.

La tarea es difícil, pero es un imperativo histórico.

@SantiMena94

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