Partidarios del líder musulmán Mohamed Mursi se han visto perseguidos por la dictadura militar, y se vislumbra una guerra civil en el país árabe. (Foto tomada de: globedia.com). |
Egipto:
democracia a la carta
A la hora de
interpretar los terribles acontecimientos de Egipto, que han dejado más de 800
muertos y miles de heridos, luego de la instauración de una dictadura militar y
de la represión desatada por ésta, lo más preocupante, y que revela en qué
situación se encuentra la izquierda europea u occidental, es la falta de
análisis geopolítico de lo que está sucediendo en Egipto.
Por Manuel
Tapial
La creciente represión en Egipto contra los
Hermanos Musulmanes ha conseguido ser la portada de todos los noticieros del
mundo bajo los calificativos de “masacre” o “matanza”, pero esa unanimidad no
se ha visto reflejada en las posiciones de los gobiernos representados en
Naciones Unidas.
Mientras Francia y Alemania llamaban al resto
de miembros de la UE a revisar sus políticas con el gobierno interino egipcio,
EE.UU. suspendía las maniobras militares conjuntas, pero no así las ayudas
económicas de más de mil trescientos millones de dólares. España por su parte,
según ha revelado un diario español, se ha visto salpicada por la venta en los
dos últimos años de más de ciento treinta millones en material bélico al
ejército y una tibia respuesta ante los acontecimientos.
Pero no todos los gobiernos son iguales. Una
vez más, desde América Latina se ha marcado la diferencia. El gobierno de
Venezuela, con Nicolás Maduro a la cabeza, ha retirado su embajador del país
árabe como medida de protesta por las sucesivas matanzas.
Por su parte, las redes sociales arden a
favor y en contra del golpe de Estado en función del modelo de democracia que
cada uno prefiere, pero omitiendo en la mayoría de los juicios de valor, el
contexto histórico y los antecedentes de cómo se ha llegado hasta esta
situación.
Tal vez lo más preocupante, y que revela en
qué situación se encuentra la izquierda europea u occidental, es la falta de
análisis geopolítico en lo que está sucediendo en Egipto.
Lo que vimos en Argelia es lo que vimos en
Palestina y es lo que ahora estamos viviendo en Egipto.
¿Qué
posición tomar desde occidente?
Ni los arabistas más consagrados son capaces
de ponerse de acuerdo. Es difícil tomar una posición cuando la geopolítica se
abre sitio y desde el exterior se alimenta un conflicto en función a intereses
ajenos a los propios ciudadanos egipcios.
Ante la dificultad de absolver y clasificar
toda la información que cualquier conflicto de intereses genera, la intuición
ha de jugar un papel fundamental para al menos saber desgranar lo importante de
lo urgente.
No hace falta ser un genio para comprender
que mientras haya injerencias extranjeras, de una manera o de otra, será
imposible que los egipcios se vean obligados a encontrar puntos de encuentro
que faciliten la reconciliación.
¿Casualidades?
Lo casual no existe en ningún conflicto
armado y lo que hay en Egipto, aunque muchos se nieguen a llamarlo así, es un
conflicto armado de baja intensidad.
No es casual que Arabia Saudí se haya
comprometido a mantener la ayuda económica a los golpistas en Egipto al igual
que no es casual que EE.UU., pese a las críticas vertidas desde el Departamento
de Estado, mantenga la suya. No es casual que hubiera alianzas previas al golpe
entre grandes magnates y los militares, como bien lo describía el periodista
egipcio Wael Gamal en una entrevista para el medio Jadaliyya.com.
Hay un dato que puede resultar clave en los
próximos días o semanas y que hasta ahora ha pasado desapercibido entre tantas
noticias de represión y muerte, pero que puede ser significativo. La más que posible
designación de Robert Ford, actual embajador norteamericano en Siria, como
embajador de EE.UU. en Egipto.
Según algunas fuentes, se trata de un experto
en contra-inteligencia al servicio de los republicanos y los demócratas que
mostró sus dotes en diferentes países árabes, hoy en día ardiendo en conflictos
internos como Iraq, Argelia y Siria.
El perfecto
lanzallamas para avivar cualquier incendio
En cualquiera de los casos, los países árabes
tendrán que comenzar a cambiar sus miras y emprender un proceso urgente de
descolonización económica, cultural y política como única alternativa de
autodeterminación.
Que lo que suceda tenga que suceder en Egipto
se haya de decidir en EE.UU. o que lo que tenga que suceder en Líbano se decida
en Francia ha de abrasar las tripas de cualquier árabe.
Publicado
originalmente en www.activistak.com
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