Amanda Ioset, líder del Partido Suizo del Trabajo cuando concedia declaraciones a PARÉNTESIS. (Foto: Luis Alfonso Mena S.). |
La lucha de un partido de
izquierda en un país
desarrollado
“Hace tres años en Suiza firmaron el Tratado de Libre
Comercio con Colombia y allí hubo un gran debate, porque al mismo tiempo
mataban sindicalistas de la Nestlé, que es una empresa suiza. Entonces nuestro
partido trabaja en la solidaridad con Colombia”, sostiene la joven dirigente
helvética.
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Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Ser de izquierda
en un país desarrollado, de los clasificados como del “primer mundo”, no es
tarea de poca monta. Resulta bien complicado, mucho más después del
derrumbamiento del campo socialista que dejó sin paradigmas a millones de
comunistas, socialistas y revolucionarios del orbe.
Algo así ocurre
en Suiza, de donde proviene Amanda Ioset, una joven estudiante de economía e
historia de la Universidad de Neuchatel y quien estuvo dentro de los delegados
internacionales al XXI Congreso del Partido Comunista Colombiano, realizado
entre el 18 y el 22 de julio.
“Ahora en Suiza
la juventud se ha desmovilizado mucho, los sindicatos de estudiantes, de
aprendices se murieron casi todos, en las universidades ya no hay
organizaciones de estudiantes”, nos dijo Amanda durante el receso de la primera
jornada del Congreso, dedicada precisamente a dos interesantes paneles con los
delegados internacionales y cumplida el miércoles 18 de julio.
Una de las
tareas más importantes de los miembros del Partido Suizo del Trabajo es la
solidaridad con Latinoamérica, de manera especial con Colombia, para demostrar
que al tiempo que se firma un TLC con el Gobierno suizo, en nuestro país se
asesinan dirigentes sindicales. Amanda Ioset habló con PARÉNTESIS.
--¿Cuál es el diagnóstico que ustedes, un partido de
izquierda, hacen de la situación en Suiza?
--La situación
en Suiza es un poco complicada, Suiza es uno de los países más ricos del mundo
y de los más estables. Al salir de la Segunda
Guerra Mundial el aparato de producción suizo quedó intacto,
dado que el país se quedó por fuera del conflicto. Suiza vivió un crecimiento
muy grande, muy importante y eso permitió que los trabajadores suizos pudieran
elevar bastante su nivel de vida. Esto también es debido al hecho de que hubo
una muy fuerte inmigración y que los trabajadores inmigrantes ocuparon el
estatus social más bajo, lo que permitió una ascensión social de los
trabajadores suizos. En los años 70 dejó de crecer el PIB de Suiza, entonces
desde ese momento fue empeorando la situación de los trabajadores, pero los 30
años de opulencia han hecho que los trabajadores entraran en una lógica de
colaboración y han abandonado las tradiciones de lucha. Por lo cual ahora se
encuentran en una situación difícil, porque ven que su nivel de vida baja, los
salarios bajan, la seguridad social está atacada siempre por la derecha,
perdemos mucha protección social, pero la clase de los trabajadores se
encuentra con un poco de olvido de las tradiciones de lucha.
--¿Cómo miran ustedes los procesos políticos que se
están dando en América Latina, en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia?
--Nuestro
partido, por supuesto, está muy a favor de esos gobiernos de izquierda en
América Latina, pero la ideología mayoritaria en Suiza está muy en contra, esos
regímenes están siempre presentados como dictaduras donde no se respetan los
derechos humanos ni las libertades. Entonces el papel de nuestro partido es
informar a la gente de lo que sucede realmente en estos países.
--¿Cómo hace un partido comunista en el llamado mundo
desarrollado para sobrevivir, cuando lo que está a la ofensiva es el
neoliberalismo, es el supuesto triunfo del capitalismo?
--Con la caída
de la Unión Soviética
nuestro partido se ha debilitado mucho porque en Suiza no hay espacio para la
propuesta de una alternativa, porque es difícil explicar las contradicciones
del sistema a una gente que se siente más rica que todos.
--Entonces, ¿la lucha de ustedes en qué terreno se da?
--Nuestra lucha
es contra el consenso político que hay en Suiza tratando de explicar los
vínculos entre nuestra riqueza y la pobreza de otros países, los del sur, por
ejemplo. También, ahora hay una situación en la que la población suiza pierde
un poco, las desigualdades también se hacen más grandes en Suiza misma.
Entonces hay que explicar cómo son vinculados los trabajadores suizos con los
otros trabajadores del mundo, ese es el terreno en el que ahora estamos.
--¿Los jóvenes en general en Suiza acceden a una
ideología de izquierda, a la protesta social, o están naciendo en otros
ámbitos?
--Ahora en Suiza
la juventud se ha desmovilizado mucho, los sindicatos de estudiantes, de
aprendices se murieron casi todos, en las universidades ya no hay organizaciones
de estudiantes, entonces ese es un terreno en el que los jóvenes del partido
estamos trabajando. Estamos en un proceso de creación de una Juventud Comunista
Suiza, es difícil, pero los jóvenes son más abiertos para oír de estos temas.
--¿Cómo llega Amanda a la izquierda y al Partido Suizo
del Trabajo?
--Yo entré en el
Partido Suizo del Trabajo cuando tenía 17 años. Mi mamá es argentina y yo me
moví mucho con la comunidad latinoamericana en Suiza y eso fue fundamental en
mi desarrollo político y, sobre todo, mi relación con los colombianos. Creo que
estudiar conflicto colombiano, la historia colombiana y trabajar con
colombianos exiliados en Suiza me ha hecho plantearme cosas que tal vez los
jóvenes suizos no se plantean.
--Finalmente, Amanda: ¿cómo ve usted los problemas de
nuestro país?
--Nosotros
apoyamos mucho el proceso de paz en Colombia. En general en Suiza la gente está
muy mal informada de lo que sucede en Colombia, si uno abre un periódico se va
a hablar mucho de las Farc, se va a hablar mucho de Ingrid Betancourt, pero
nunca de los sindicalistas que matan. Hace tres años en Suiza firmaron el
Tratado de Libre Comercio con Colombia y allí hubo un gran debate, porque al
mismo tiempo mataban sindicalistas de la Nestlé, que es una empresa suiza. Entonces
nuestro partido trabaja en la solidaridad con Colombia, intenta informar a la
gente organizando charlas, conferencias, proyectando películas que son muy
importantes. El gobierno suizo es un poco contradictorio, porque de un lado
firma ese Tratado de Libre Comercio, pero por otro lado quiere tener un papel
de mediador en el conflicto colombiano. Entonces son debates que existen en
Suiza y como trabajamos dentro de nuestras organizaciones con colombianos, si
que es un país que tiene mucha importancia para nosotros.
(*) Director del periódico PARÉNTESIS, de Cali,
Colombia.
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