Pescadores alrededor del río Magdalena en donde se construirá la represa de El Quimbo por parte de la multinacional Emgesa. |
Entre el limbo y El Quimbo
A
pocas horas de que Santos le echara la bendición al mega proyecto energético,
la Fiscalía anunciaba una investigación “para determinar si hubo o no
irregularidades en el contrato para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico
de El Quimbo”.
Por Carlos Victoria
(*)
Entre ambos
se debate Colombia. Una nación a pesar de sí misma. Donde se nacía
godo o liberal, como sostiene David Bushnell (1996) en su apasionante libro.
Entre la nada y la incertidumbre. Entre el caos y la penuria, la conspiración y
la traición. Caída la Fiscal por cuenta de una maniobra de
filigrana del uribismo, este órgano acusador vuelve al reinado del
limbo. Desviado el río Magdalena para llenar la represa de El Quimbo, en
el Huila, se cortó la cinta de la locomotora minero energética. Ambos hechos no
son aislados.
A pocas
horas de que Santos le echara la bendición al mega proyecto energético, la
Fiscalía anunciaba una investigación “para determinar si hubo o no
irregularidades en el contrato para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico
de El Quimbo”. Entre otras cosas deberán “analizar el contrato por 334
millones de dólares entre Emgesa y la italiana Impregilo para la construcción
de la hidroeléctrica”. Sin duda: desde que llegó la fiscal Morales
a ese cargo el país comenzó a experimentar un viraje sustancial en las
investigaciones contra los delitos de cuello blanco, en un país donde
especialmente la corrupción ha sido una forma de gobierno y no
exclusivamente un asunto de ética pública.
Si ustedes
ingresan a Wikipedia podrán encontrar un listado de desventajas de El
Quimbo que horrorizan. Inundación de cultivos permanentes y transitorios,
principalmente de los municipios de Gigante, Garzón y Agrado. La seguridad
alimentaria del departamento se verá drásticamente afectada debido a que la
zona que será inundada produce frutales, maíz, plátano, arroz, cacao, sorgo,
soya, leche, carne, etc., entre otros productos de gran importancia para la
dieta alimenticia local, regional y nacional. Desintegración de núcleos
familiares, etc. La sociedad de esta parte del Huila y del país quedará en un
limbo del cual difícilmente podrá salir.
No solo la
Fiscalía está en el limbo. Hoy por cuenta de la inversión extranjera que
impulsa la racionalidad minero energético, la seguridad alimentaria de los
colombianos ha quedado en esta grieta del mundo: entre la vida y la muerte.
Todo porque El Quimbo es el paradigma de la odisea multinacional que, desde los
tiempos de la “confianza inversionista”, se enraizara en medio de
laberintos institucionales en los que se mueve como Pedro por su casa el lobby
trasnacional, como bien lo revela la investigación “Las maniobras del Rey
Midas” de la revista Dinero, en la que se constata como las compañías
extranjeras están haciendo conejo tributario a la Nación para evadir impuestos,
mediante la fragmentación de territorios donde se llevan a cabo trabajos de
exploración.
El Quimbo es el paradigma de la odisea multinacional que, desde los
tiempos de la “confianza inversionista”, se enraizara en medio de
laberintos institucionales en los que se mueve como Pedro por su casa el lobby
trasnacional...
El Quimbo,
Santurban, Marmato, Ranchería y La Colosa simbolizan -por otra parte- la
resistencia de las comunidades indígenas y campesinas al embate de estas
políticas de crecimiento económico, pero con impactos sociales y ambientales
censurables desde todo punto de vista, en la medida en que dejan en el limbo los
predicados sustanciales de la Constitución Nacional en materia de derechos
fundamentales, como el derecho a la vida, aunque sí avivando el derecho a
la resistencia contra el ejercicio arbitrario del poder, consagrado
tácitamente en el artículo 86 de la Carta.
Iniciado el
trasvase del río Magdalena resulta por lo menos tardío el anuncio de múltiples
investigaciones. A la investigación anticipada por un Fiscal, se suma
la Procuraduría General de la Nación al anunciar “una detallada
revisión del proyecto”, al tiempo que la licencia ambiental de
Emgesa, dueña del proyecto, pareciera no cumplir con los requisitos exigidos
por la ley. Sobre la base de hechos cumplidos, el control preventivo es
neutralizado por la tenaza multinacional y el viejo legado colonial de nuestra
clase dirigente, tradicionalmente complaciente con los canones del extranjero.
No por nada hemos quedado expósitos en materia de soberanía nacional, la misma
que se debe invocar ante el limbo estructural sumergido en las aguas del
Magdalena.
La
globalización capitalista no solo borra fronteras nacionales, sometiendo las
políticas públicas a su arbitrio, sino que también destruye la precaria
institucionalidad de países como el nuestro, donde la “confianza inversionista”
pareciera resollar de nuevo tras la nulidad de la elección de la fiscal
Morales, y que ahora seguramente arremeterá para posicionarse con una
terna que le dé garantías a la impunidad, verdadero fiel de la balanza, sin
importarle la degradación medio ambiental, la desigualdad social y mucho menos
la suerte de los derechos humanos.
(*) Editor del portal Agenda Ciudadana,
docente de la Universidad Tecnológica de Pereira, UTP.
Pereira, 5 de marzo de 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario